Calentamiento y estiramientos antes de correr

Calentamiento y estiramientos antes de correr

El calentamiento antes del ejercicio es una parte fundamental de toda actividad física. Nos ayuda a ponernos a punto, en este caso, para ir a correr. Y es que si hacemos un símil con un vehículo, ¿verdad que nunca arrancarías en cuarta? Pues esto es exactamente lo mismo. ¡El calentamiento y los estiramientos antes de correr son indispensables!

Por qué calentar antes de correr

Existen varias razones de peso de por qué calentar antes de correr. La primera -y súper importante- es que el calentamiento sirve para evitar lesiones. Siguiendo la metáfora del vehículo, el calentamiento permite ‘desengrasar’ nuestro motor particular: el cuerpo humano.

Con el calentamiento, activamos musculatura, articulaciones y también nuestra mente para antes de ponernos a correr.

Asimismo, si te preguntas cómo mejorar corriendo, explicar que el calentamiento tanto dinámico como estático (donde entrarían los estiramientos antes de correr) son clave para mejorar tus niveles de fuerza, resistencia, movimiento y flexibilidad durante la carrera.

¿Es bueno estirar antes de correr?

Como decimos, los estiramientos antes de correr forman parte del calentamiento y, por tanto, no solo sirven para maximizar el rendimiento del corredor o runner; sino también para la prevención de lesiones deportivas

Estirar nuestro cuerpo antes de una sesión de running nos ayuda a evitar lesiones en músculos, articulaciones, tendones o ligamentos. 

Además, es importante también estirar el cuerpo después de correr. El motivo es que propiciamos una mejora en la reparación muscular y, por consiguiente, en la recuperación del cuerpo.

8 estiramientos antes de correr para poner en práctica en tu sesión de entreno

A continuación, te explicamos algunas formas de cómo calentar antes de correr a través de ejercicios estáticos o estiramientos. Y es que con ellos no solo vas a ‘despertar’ a los músculos, sino también a las articulaciones de tu cuerpo. 

Te dejamos a continuación algunos estiramientos antes de correr:

1. Rotación y estiramiento de cuello

Consiste en realizar rotaciones en el cuello y mantener tanto izquierda como derecha, como arriba y abajo.

2. Estiramiento de hombros 

Para estirar esta zona antes de ir a correr, vamos a mover los hombros hacia atrás y hacia adelante; realizando rotaciones (¡verás cómo crujen!).

3. Brazos en círculo

Para realizar este tipo de estiramientos antes de correr, es súper sencillo. En primer lugar, relaja brazos y hombros y comienza a moverlos en círculos, hacia adelante. Vas a ser una especie de ‘nadador de tierra’. Eso sí, empieza por un brazo y sigue con el otro.

4. Flexión de tronco

Ponte de pie con las piernas ligeramente separadas. A continuación, flexiona el tronco y ve bajando hasta donde puedas. El objetivo es tocar con las manos el suelo. Notarás cómo la espalda se flexiona, al igual que las piernas. 

5. Zancada

Este tipo de zancada se convierte en estiramiento, ya que permanecerás unos segundos en esta posición. Para ello, es muy fácil: simplemente ponte en la posición de una zancada y pon los brazos hacia arriba estirados. Permanece durante unos segundos con esa pierna y ve alternándola con su opuesta. 

6. Extensión y rotación de rodilla

¡Prepara también las rodillas en los estiramientos antes de correr! En primer lugar, flexiónalas y comienza hacer rotaciones -como giros- en esta parte del cuerpo. Para ello, agáchate ligeramente y coloca tus manos sobre las rodillas. ¡Así de sencillo!

7. Estiramiento de piernas

¡Aquí pondrás en práctica tu flexibilidad y equilibrio! Es tan fácil como estar de pie, cogerte la pierna y estirarla hacia el trasero, y para aguantar mejor el equilibrio estirar el otro brazo. Mantente unos 30 segundos así y cambia de pierna.

8. Estirar las piernas antes de correr

Otro ejercicio para estirar las piernas antes de correr -recordemos que es parte fundamental para esta práctica deportiva- es estirar cada una de las piernas y de manera alterna. Así, mantendremos una de las piernas recta, con la rodilla ligeramente flexionada, y la otra estirada de manera que podamos agarrar el pie con la mano.

 

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